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Versión de la Biblia
LBLA
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NVI
RV1960
JBS
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Apocalipsis
Capítulo
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Verso
1
2
3
4
5
6
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8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
Esdras capitulo 5
La Biblia de las Américas
1
Cuando los profetas Hageo y Zacarías, hijo de Iddo, profetizaron a los judíos que
estaban
en Judá y en Jerusalén, en el nombre del Dios de Israel que
estaba
sobre ellos,
2
Zorobabel, hijo de Salatiel, y Jesúa, hijo de Josadac, se levantaron entonces y comenzaron a reedificar la casa de Dios en Jerusalén; y los profetas de Dios estaban con ellos apoyándolos.
3
En aquel tiempo Tatnai, gobernador de
la provincia
al otro lado del río, y Setar-boznai y sus compañeros vinieron a ellos y les hablaron así: ¿Quién os dio orden de reedificar este templo y de terminar este edificio ?
4
También les dijeron así: ¿Cuáles son los nombres de los hombres que están reedificando este edificio?
5
Pero el ojo de su Dios velaba sobre los ancianos de los judíos, y no les detuvieron
la obra
hasta que un informe llegara a Darío, y volviera una respuesta escrita tocante al asunto.
6
Esta es
la copia de la carta que Tatnai, gobernador de
la provincia
al otro lado del río, y Setar-boznai y sus compañeros los oficiales que
estaban
al otro lado del río, enviaron al rey Darío.
7
Le enviaron un informe que estaba escrito así: Al rey Darío, toda paz.
8
Sepa el rey que hemos ido a la provincia de Judá, a la casa del gran Dios, que está siendo edificada con piedras enormes y vigas empotradas en las paredes; y esta obra se adelanta con gran esmero y prospera en sus manos.
9
Entonces preguntamos a aquellos ancianos,
y
les dijimos así: “¿Quién os dio orden de reedificar este templo y de terminar este edificio?”
10
También les preguntamos sus nombres para informarte,
y
para dar por escrito los nombres de los hombres que eran sus jefes.
11
Y así nos respondieron, diciendo: “Somos los siervos del Dios del cielo y de la tierra, y estamos reedificando el templo que fue construido hace muchos años, el cual un gran rey de Israel edificó y terminó.
12
Pero como nuestros padres provocaron a ira al Dios del cielo, El los entregó en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, el caldeo,
quien
destruyó este templo, y deportó al pueblo a Babilonia.
13
Sin embargo, en el año primero de Ciro, rey de Babilonia, el rey Ciro proclamó un decreto de que se reedificara esta casa de Dios.
14
También los utensilios de oro y de plata de la casa de Dios, que Nabucodonosor había sacado del templo que
estaba
en Jerusalén y llevado al templo de Babilonia, los sacó el rey Ciro del templo de Babilonia, y fueron entregados a Sesbasar, a quien había puesto por gobernador.
15
Y le dijo: “Toma estos utensilios, ve
y
colócalos en el templo que
está
en Jerusalén, y que sea la casa de Dios reedificada en su lugar.
16
Entonces aquel Sesbasar vino
y
puso los cimientos de la casa de Dios que
está
en Jerusalén ; y desde entonces hasta ahora se sigue construyendo, pero aún no está terminada.”
17
Y ahora, si al rey
le parece
bien, que se busque en la casa del tesoro del rey que está allí en Babilonia,
a ver
si es que fue proclamado un decreto de parte del rey Ciro para reedificar esta casa de Dios en Jerusalén; y que se nos envíe la decisión del rey en cuanto a este
asunto
.
Nueva Biblia de las Américas
1
Cuando los profetas Hageo y Zacarías, hijo de Iddo, profetizaron a los Judíos que
estaban
en Judá y en Jerusalén, en el nombre del Dios de Israel que
estaba
sobre ellos,
2
Zorobabel, hijo de Salatiel, y Jesúa, hijo de Josadac, se levantaron entonces y comenzaron a reedificar la casa de Dios en Jerusalén; y los profetas de Dios estaban con ellos apoyándolos.
3
En aquel tiempo Tatnai, gobernador de
la provincia
al otro lado del Río (Eufrates), y Setar Boznai y sus compañeros vinieron a ellos y les hablaron así: “¿Quién les dio orden de reedificar este templo y de terminar este edificio?”
4
También les dijeron así: “¿Cuáles son los nombres de los hombres que están reedificando este edificio?”
5
Pero el ojo de su Dios velaba sobre los ancianos de los Judíos, y no les detuvieron
la obra
hasta que un informe llegara a Darío, y volviera una respuesta escrita tocante al asunto.
6
Esta es
la copia de la carta que Tatnai, gobernador de
la provincia
al otro lado del río, y Setar Boznai y sus compañeros los oficiales que
estaban
al otro lado del río, enviaron al rey Darío.
7
Le enviaron un informe que estaba escrito así: “Al rey Darío, toda paz.
8
Sepa el rey que hemos ido a la provincia de Judá, a la casa del gran Dios, que está siendo edificada con piedras enormes y vigas empotradas en las paredes; y esta obra se adelanta con gran esmero y prospera en sus manos.
9
Entonces preguntamos a aquellos ancianos,
y
les dijimos así: ‘¿Quién les dio orden de reedificar este templo y de terminar este edificio?’
10
También les preguntamos sus nombres para informarle,
y
para dar por escrito los nombres de los hombres que eran sus jefes.
11
Y así nos respondieron: ‘Somos los siervos del Dios del cielo y de la tierra, y estamos reedificando el templo que fue construido hace muchos años, el cual un gran rey de Israel edificó y terminó.
12
Pero como nuestros padres provocaron a ira al Dios del cielo, El los entregó en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, el Caldeo,
quien
destruyó este templo, y llevó cautivo al pueblo a Babilonia.
13
Sin embargo, en el año primero de Ciro, rey de Babilonia, el rey Ciro proclamó un decreto de que se reedificara esta casa de Dios.
14
También los utensilios de oro y de plata de la casa de Dios, que Nabucodonosor había sacado del templo que
estaba
en Jerusalén y llevado al templo de Babilonia, los sacó el rey Ciro del templo de Babilonia, y fueron entregados a Sesbasar, a quien había puesto por gobernador.
15
Y le dijo: “Toma estos utensilios, ve
y
colócalos en el templo que
está
en Jerusalén, y sea la casa de Dios reedificada en su lugar.”
16
Entonces aquel Sesbasar vino
y
puso los cimientos de la casa de Dios que
está
en Jerusalén; y desde entonces hasta ahora se sigue construyendo, pero aún no está terminada.’
17
“Ahora, si al rey
le parece
bien, que se busque en la casa del tesoro del rey que está allí en Babilonia,
a ver
si es que fue proclamado un decreto de parte del rey Ciro para reedificar esta casa de Dios en Jerusalén; y que se nos envíe la decisión del rey en cuanto a este
asunto
.”
Nueva Versión Internacional
1
Los profetas Hageo y Zacarías hijo de Idó profetizaron a los judíos que estaban en Judá y Jerusalén, en el nombre del Dios de Israel, que velaba por ellos.
2
Entonces Zorobabel hijo de Salatiel y Jesúa hijo de Josadac se dispusieron a continuar la reconstrucción del templo de Dios en Jerusalén. Y los profetas estaban con ellos ayudándolos.
3
En ese mismo tiempo, Tatenay, gobernador de la provincia al oeste del río Éufrates, y Setar Bosnay y sus compañeros se presentaron ante los judíos y les preguntaron: «¿Quién los autorizó a reconstruir ese templo y restaurar su estructura?»
4
Y añadieron: «¿Cómo se llaman los que están reconstruyendo ese edificio?»
5
Pero, como Dios velaba por los dirigentes judíos, no los obligaron a interrumpir el trabajo hasta que se consultara a Darío y este respondiera por escrito.
6
Entonces Tatenay, gobernador de la provincia al oeste del río Éufrates, y Setar Bosnay y sus compañeros, que eran los funcionarios del gobierno de esa provincia, enviaron una carta al rey Darío,
7
la cual decía: Al rey Darío: Un cordial saludo.
8
Ponemos en conocimiento de Su Majestad que fuimos a la provincia de Judá, al templo del gran Dios, y vimos que se está reconstruyendo con grandes piedras, y que sus paredes se están recubriendo con madera. El trabajo se hace con esmero y avanza rápidamente.
9
A los dirigentes les preguntamos quién los había autorizado a reconstruir ese templo y restaurar su estructura,
10
y cómo se llaman los que dirigen la obra, para comunicárselo por escrito a Su Majestad.
11
Ellos nos respondieron: «Somos siervos del Dios del cielo y de la tierra, y estamos reconstruyendo el templo que fue edificado y terminado hace ya mucho tiempo por un gran rey de Israel.
12
Pero, como nuestros antepasados provocaron a ira al Dios del cielo, él los entregó en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, el caldeo que destruyó este templo y que llevó al pueblo cautivo a Babilonia.
13
»Pero más tarde, en el primer año de su reinado, Ciro, rey de Babilonia, ordenó que este templo de Dios fuera reconstruido.
14
También hizo sacar del templo de Babilonia los utensilios de oro y de plata que Nabucodonosor se había llevado del templo de Jerusalén y había puesto en el templo de Babilonia, y se los entregó a Sesbasar, a quien había nombrado gobernador.
15
Ciro, pues, ordenó a Sesbasar que tomara esos utensilios y los devolviera al templo de Jerusalén, y que reedificara en el mismo sitio el templo de Dios.
16
Entonces Sesbasar llegó a Jerusalén y echó los cimientos del templo de Dios. Desde entonces se ha estado trabajando en su reconstrucción, pero aún no se ha terminado».
17
Ahora bien, si Su Majestad lo considera conveniente, pedimos que se investiguen los archivos donde están las crónicas de los reyes de Babilonia, para saber si es verdad que el rey Ciro ordenó la reconstrucción del templo de Dios en Jerusalén. Además, solicitamos que se nos dé a conocer la decisión de Su Majestad con respecto a este asunto.
Reina-Valera 1960
1
Profetizaron Hageo y Zacarías hijo de Iddo, ambos profetas, a los judíos que estaban en Judá y en Jerusalén en el nombre del Dios de Israel quien estaba sobre ellos.
2
Entonces se levantaron Zorobabel hijo de Salatiel y Jesúa hijo de Josadac, y comenzaron a reedificar la casa de Dios que estaba en Jerusalén; y con ellos los profetas de Dios que les ayudaban.
3
En aquel tiempo vino a ellos Tatnai gobernador del otro lado del río, y Setar-boznai y sus compañeros, y les dijeron así: ¿Quién os ha dado orden para edificar esta casa y levantar estos muros?
4
Ellos también preguntaron: ¿Cuáles son los nombres de los hombres que hacen este edificio?
5
Mas los ojos de Dios estaban sobre los ancianos de los judíos, y no les hicieron cesar hasta que el asunto fuese llevado a Darío; y entonces respondieron por carta sobre esto.
6
Copia de la carta que Tatnai gobernador del otro lado del río, y Setar-boznai, y sus compañeros los gobernadores que estaban al otro lado del río, enviaron al rey Darío.
7
Le enviaron carta, y así estaba escrito en ella: Al rey Darío toda paz.
8
Sea notorio al rey, que fuimos a la provincia de Judea, a la casa del gran Dios, la cual se edifica con piedras grandes; y ya los maderos están puestos en las paredes, y la obra se hace de prisa, y prospera en sus manos.
9
Entonces preguntamos a los ancianos, diciéndoles así: ¿Quién os dio orden para edificar esta casa y para levantar estos muros?
10
Y también les preguntamos sus nombres para hacértelo saber, para escribirte los nombres de los hombres que estaban a la cabeza de ellos.
11
Y nos respondieron diciendo así: Nosotros somos siervos del Dios del cielo y de la tierra, y reedificamos la casa que ya muchos años antes había sido edificada, la cual edificó y terminó el gran rey de Israel.
12
Mas después que nuestros padres provocaron a ira al Dios de los cielos, él los entregó en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, caldeo, el cual destruyó esta casa y llevó cautivo al pueblo a Babilonia.
13
Pero en el año primero de Ciro rey de Babilonia, el mismo rey Ciro dio orden para que esta casa de Dios fuese reedificada.
14
También los utensilios de oro y de plata de la casa de Dios, que Nabucodonosor había sacado del templo que estaba en Jerusalén y los había llevado al templo de Babilonia, el rey Ciro los sacó del templo de Babilonia, y fueron entregados a Sesbasar, a quien había puesto por gobernador;
15
y le dijo: Toma estos utensilios, ve, y llévalos al templo que está en Jerusalén; y sea reedificada la casa de Dios en su lugar.
16
Entonces este Sesbasar vino y puso los cimientos de la casa de Dios, la cual está en Jerusalén, y desde entonces hasta ahora se edifica, y aún no está concluida.
17
Y ahora, si al rey parece bien, búsquese en la casa de los tesoros del rey que está allí en Babilonia, si es así que por el rey Ciro había sido dada la orden para reedificar esta casa de Dios en Jerusalén, y se nos envíe a decir la voluntad del rey sobre esto.
Biblia del Jubileo
1
Y profetizaron Hageo profeta, y Zacarías hijo de Iddo, profetas, a los judíos que
estaban
en Judá y en Jerusalén en
el
nombre del Dios de Israel a ellos.
2
Entonces se levantaron Zorobabel hijo de Salatiel, y Jesúa hijo de Josadac; y comenzaron a edificar la Casa de Dios que
estaba
en Jerusalén; y con ellos los profetas de Dios que les ayudaban.
3
En aquel tiempo vino a ellos Tatnai, capitán de este lado del río, y Setar-boznai y sus compañeros, y les dijeron así: ¿Quién os dio mandamiento para edificar esta Casa, y fundar estos muros?
4
Entonces les dijimos en orden a esto, ¡cuáles eran los nombres de los varones que edificaban este edificio!
5
Mas los ojos de su Dios fueron sobre los ancianos de los judíos, y no les hicieron cesar hasta que el negocio viniese a Darío; y entonces respondieron por carta sobre esto.
6
Traslado de la carta que Tatnai, capitán de este lado del río, y Setar-boznai, y sus compañeros los afarsaqueos, que
estaban
a este lado del río, enviaron al rey Darío.
7
Le enviaron carta, y de esta manera estaba escrito en ella. Al rey Darío toda paz.
8
Sea notorio al rey, que fuimos a la provincia de Judea, a la Casa del gran Dios, la cual se edifica de piedra de mármol; y los maderos son puestos en las paredes, y la obra se hace aprisa, y prospera en sus manos.
9
Entonces preguntamos a los ancianos, diciéndoles así: ¿Quién os dio mandamiento para edificar esta Casa, y para fundar estos muros?
10
Y también les preguntamos sus nombres para hacértelo saber, para escribirte los nombres de los varones que
estaban
por cabezas de ellos.
11
Y nos respondieron diciendo así: Nosotros somos siervos del Dios del cielo y de la tierra, y reedificamos la Casa que ha sido edificada hace muchos años, la cual edificó y fundó el gran rey de Israel.
12
Mas después que nuestros padres
se
ensañaron contra el Dios de los cielos, él los entregó en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, caldeo, el cual destruyó esta Casa, e hizo transportar el pueblo a Babilonia.
13
Pero el primer año de Ciro rey de Babilonia, el
mismo
rey Ciro dio mandamiento para que esta Casa de Dios fuese edificada.
14
Y también los vasos de oro y de plata de la Casa de Dios, que Nabucodonosor había sacado del templo que
estaba
en Jerusalén, y los había metido en el templo de Babilonia, el rey Ciro los sacó del templo de Babilonia, y fueron entregados a Sesbasar, al cual había puesto por capitán;
15
y le dijo: Toma estos vasos, ve y ponlos en el templo que
está
en Jerusalén; y la Casa de Dios sea edificada en su lugar.
16
Entonces este Sesbasar vino, y puso los fundamentos de la Casa de Dios que
estaba
en Jerusalén, y desde entonces hasta ahora se edifica, y aún no está acabada.
17
Y ahora, si al rey parece bien, búsquese en la casa de los tesoros del rey que está allí en Babilonia, si es
así
que por el rey Ciro haya sido dado mandamiento para edificar esta Casa de Dios que
está
en Jerusalén, y envíenos a decir la voluntad del rey sobre esto.
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